20.11.08

Presente

Tres fotos felices del jardín de mi casa



Agua


Para Yami.

11.11.08

Viento


Diapositiva proyectada y fotografiada con cámara digital pocket.

4.11.08

Estrellas fugaces

En realidad las estrellas fugaces no son estrellas que se mueren sino piedritas que entran en la atmósfera y se prenden fuego.

Yo vi mi primera estrella fugaz en Necochea, cuando tenía algo así como 11 años. Estaba sentado en la calle con mi amigo Guido, apoyando nuestras espaldas contra el falcon rural celeste de su padre. En un momento los dos levantamos la vista y ahí estaba...
Ese verano vi también la segunda, esta vez en la playa. Todos pensaron que estaba mintiendo porque suponía mucha casualidad que avistara dos de esas con tal frecuencia.
La tercera la vi en la parte sur de la Isla del Sol, después de comer San Pedro. Esa noche, además de la estrella fugaz, vi el cielo más lleno de estrellas verdaderas que vi en toda mi vida. Fue una de las mejores cosas que viví.
La cuarta la vi en Cuzco, Perú. Fue una noche que habíamos ido a un bolichito frente a la Plaza de Armas con los chicos. Entramos, dejamos las camperas en el guardarropas y se nos ocurrió volver al hostel a hacer algo que no recuerdo... Después de hacer lo olvidado, salimos a la calle y, unos pasos más tarde, se cortó la luz en toda la ciudad. Estábamos en la vereda, completamente exaltados, el monje, Hernata, Diega y yo. Por alguna extraña razón todos miramos para arriba al mismo tiempo y la vimos. Una estrella fugaz increible.
La quinta la vi en Córdoba, más precisamente en Capilla del Monte. Estábamos con Flor mirando para arriba pero sólo yo alcancé a verla. De todas formas ésta estrella perdió protagonismo porque, minutos después, vimos una espectacular los dos juntos. Esa, la sexta, apareció entre las copas de algunos árboles y yo, en el primer instante, la confundí con un murciélago. La estela de luz que dejó fue muy grande, Flor vio la mitad. Fue genial.

El sábado pasado me fui con la Reska a acampar al Tigre. Fuimos a parar a un camping que está a 2 horas de lancha, cerca de Zárate. Cuando se hizo de noche nos fuimos a sentar a un muelle un poco alejado y nos pusimos a charlar de muchas cosas. Mientras los temas se desarrollaban y volvían a surgir empezamos a ver satélites que dibujaban su órbita en el cielo. Así, entre puntitos y anécdotas, vi la séptima estrella fugaz. Minutos después (estábamos más atentos los dos) vimos la octava juntos. La Reska la vio entera, yo solo el final.
La novena fue increible. La más luminosa y duradera que vi. Más espectacular que la de Capilla del Monte. Fue increible. Salté del banco de madera para seguirla con la vista. Más tarde apareció la décima. Sencillita y un poco tímida, cerrando la noche.

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Gonzalo Nogueira · http://gonzalonogueira.blogspot.com · gonieska@yahoo.com.ar